Sin embargo, basta con compartir unos minutos con ella para descubrir que es misión imposible ponerla contra las cuerdas sin caer en sus redes.
No olvida sus inicios y tiene muy claro que ha llegado aquí porque siempre ha ido “sin prisa, pero sin pausa”, asegura. “Recuerdo que cuando era una cría y hacía anuncios de publicidad, me encantaba perderme entre las cámaras, preguntaba por la iluminación, hablaba con todo el equipo… ¡Ya apuntaba maneras!”, exclama antes de quedarse pensativa. “Soy quien quería ser, pero, evidentemente, de niña idealizas todo”, añade con ternura. El papel de Ruth, la chica rebelde del reparto de hormonas agitadas de la serie Física o química (2008- 2011) le hizo dar el gran salto a la televisión nacional y a este le han seguido muchos otros, como el de Natalia en Anclados (2015), el de Margarita de Austria en Isabel (2014) o el de Beatriz de la Torre en la producción 14 de abril- La República (2011), personaje que le marcó especialmente. “Daba vida a una niña muy inocente, que en la segunda temporada dio un cambio radical, se convirtió en un monstruo (por cierto, nunca se llegó a emitir, ya que el título de la serie no gustaba al nuevo Gobierno). Protagonizaba escenas muy duras que me dejaban hasta dos días afectada a nivel emocional, pero lo disfrutaba muchísimo. Creo que el drama tiene algo adictivo”, comenta.
Al hablar de retos, no descarta seguir los pasos de su gran amiga Blanca Suárez y cruzar el charco “si surgiera la oportunidad, ¡claro!, pero en este momento no sé si me iría”. Cuando pensábamos que la palabra vergüenza no tenía cabida en su diccionario, ¡sorpresa!. “Me gustaría actuar en un musical, pero mi voz es muy mía…”. Además, ahora que ha demostrado que estar delante de la cámara no tiene secretos para ella, está deseando pasarse al otro lado: “Quiero dirigir, es más, creo que lo podría llegar a hacer muy bien, pero no tengo las narices para atreverme, todavía no controlo la técnica”.
Marilyn Monroe: “Desde luego, molan mucho”, sostiene con mirada pícara. “Pero yo, si tengo que elegir, prefiero un viaje. Por
ejemplo, pasar unos días en Cuba con amigos. O un destino lovely, que para mí es Tailandia. Marruecos también me fascina». Si el séptimo arte no se hubiera cruzado en su camino, estaríamos ante una psicóloga de armas tomar: «Mi primera paciente sería yo misma, me psicoanalizaría para conocerme mejor”, afirma esta fiel creyente de la justicia moral. “Si te esfuerzas por ser bueno y empatizar con la gente, la vida te lo devuelve. Llámalo karma, destino o como te apetezca”. Y así, como quien pasa una tarde entre amigas intentando arreglar el mundo, el tiempo vuela entre cambios de ropa, olor a esmalte de uñas y algo de sombra aquí y sombra allá. “¿Os gusta mi nuevo corte de pelo?”, interroga mientras se acaricia el flequillo. “Se llama swag (o algo así)”. De fondo, su playlist sigue a todo volumen y Beyoncé deja muy claro quién manda con Run The World (Girls). Úrsula tararea el estribillo, ¿hay alguien que todavía dude de que esta mujer de belleza exótica no tiene techo? Orgullosa de su 1,63 m de estatura e irracionalmente divertida, ha demostrado que es una auténtica chica WH. Sin trampa, ni guión.
CRÉDITOS. FOTOS: EDU GARCÍA. ESTILISMO: ANA ROMÉ. MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA: PAULA SOROA, COACH DE BELLEZA DE L’ORÉAL PARÍS. AYUDANTE DE FOTOGRAFÍA: FERNANDO HUERGO.
*Originalmente publicado en Women’s Health (enero- febrero 2016).
CONTENIDO ONLINE: Making of y entrevista a Úrsula.